"A las almas que propagan Mi Misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte nos seré para ellas, el Juez, sino el Salvador Misericordioso". Diario, 1075
Diario de Santa Faustina, 300
"La humanidad no tendrá paz hasta que se vuelva con confianza a Mi Misericordia".
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