Del Diario de Santa Faustina, 952
Oh Jesús mío, tú no das la recompensa por el resultado de la obra, sino por la voluntad sincera y el esfuerzo emprendido; por lo tanto estoy completamente tranquila, aunque todas mis iniciativas y mis esfuerzos quedaran frustrados, ni fueran realizados jamás, si hago todo lo que está en mi poder, lo demás no es cosa mía.
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