Del Diario de Santa Faustina, 611
Oh Jesús mío, Te ruego por la bondad de Tu dulcísimo Corazón, que se calme Tu ira y muéstranos Tu
misericordia. Que Tus heridas sean nuestro escudo ante la justicia de Tu Padre.
Te conocí, oh Dios, como una Fuente de Misericordia con que se anima y alimenta
cada alma. Oh, qué grande es la misericordia del Señor, por encima de todos sus
atributos; la misericordia es el mayor atributo de
Dios, todo lo que me rodea, me habla de ello. La misericordia es la vida de las
almas, su compasión es inagotable. Oh Señor, míranos y trátanos según Tu piedad
infinita, según Tu gran misericordia.