Del Diario de Santa Faustina, 569
15 XII 1935 Hoy desde muy temprano una fuerza misteriosa me empuja a obrar, no me deja en paz ni un momento; un ardor misterioso se ha encendido en mi corazón empujándome a obrar, no logro dominarlo; es un martirio silencioso conocido solamente a Dios, pero que haga (39) de mi lo que a Él le agrade; mi corazón está dispuesto a todo. Oh Jesús, mi queridísimo Maestro, no te alejas de mí ni por un momento. Oh Jesús, Tu sabes bien lo débil que soy por mi, por eso sé que mi debilidad Te obliga a estar siempre conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario