3 de junio de 2024

Del Diario de Santa Faustina, 694

 

"19 de septiembre -1936. Cuando salimos del médico y entramos un momento en la pequeña capilla que está en el sanatorio, oí en el alma estas palabras: Niña Mía, todavía unas cuantas gotas en el cáliz, no falta mucho. La alegría inundó mi alma, he aquí la primera llamada de mi Esposo y Maestro. Se enterneció mi corazón y hubo un momento en que mi alma se sumergió en todo el mar de la Divina Misericordia; sentí que mi misión empezaba en toda la plenitud.

La muerte no destruye nada de lo que es bueno; ruego muchísimo por las almas que padecen sufrimientos interiores."

 

 



 

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