30 de marzo de 2024

 Del Diario de Santa Faustina, 286

 

Una vez, cuando se hacia la adoración por nuestra patria, un dolor estrechó mi alma y empecé a orar de modo siguiente: Jesús Misericordiosísimo, Te pido por la intercesión de Tus Santos y, especialmente, por la intercesión de Tu Amadísima Madre, que Te crió desde la niñez, Te ruego bendigas a mi patria. Jesús, no mires nuestros pecados, sino las lágrimas de los niños pequeños, el hambre y el frío que sufren. Jesús, en nombre de estos inocentes, concédeme la gracia que Te pido para mi patria. En aquel instante vi. al Señor Jesús con los ojos llenos de lágrimas y me dijo: *Ves, hija Mía, cuánta compasión les tengo; debes saber que son ellos los que sostienen el mundo.

 


 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario