Del Diario de Santa Faustina, 231
Ya ahora Dios me da a conocer toda la inmensidad de su amor con el que me ha amado ya antes de los siglos, mientras yo he comenzado a amarlo solamente en el tiempo. Su amor es grandísimo, puro y desinteresado y mi amor hacia Él es para conocerlo. Cuanto más lo conozco, tanto más ardiente y fuertemente lo amo y mis acciones son más perfectas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario