Del Diario de Santa Faustina, 784
Agradezco al Señor por esta enfermedad y las dolencias físicas, porque tengo tiempo para hablar con Jesús. Es mi deleita pasar largos momentos a los pies de Dios oculto; y las horas me pasan como minutos, sin saber cuándo. Siento que dentro de mí arde un fuego, y no comprendo otra vida sino la del sacrificio que fluye del amor puro.
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