Diario de Santa Faustina, 1034
Rogué al Señor que me permitiera participar en su dolorosa
Pasión, para que en el alma y en el cuerpo sintiera su dolorosa Pasión en el
grado en que una criatura puede participar, a fin de que sienta toda su
amargura. Y el Señor me contestó que me daría esta gracia el jueves, después de
la Santa Comunión, de modo singular.
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