Del Diario de Santa Faustina, 418
(...) Al dar yo algunos pasos, me cerraron el camino toda una multitud de demonios que me amenazaron con terribles tormentos, y se dejaron oír las voces: Nos has quitado todo por lo que habíamos trabajado tantos años. Cuando les pregunté: ¿De dónde llegan en tal multitud? Estas figuras malignas me contestaron: De los corazones humanos, no nos molestes.
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