Del Diario de Santa Faustina, 1244
Durante la meditación la
presencia de Dios me penetró vivamente y conocí la alegría de la Santísima Virgen en el momento de su Asunción…. Durante
ese acto que se realizó en honor de la Santísima Virgen, al final de ese acto
vi a la Santísima Virgen que me dijo: "Oh, qué grato es para mi el
homenaje de su amor. Y
en ese mismo instante cubrió con su manto a todas las hermanas de nuestra
Congregación. Con la mano derecha estrechó a la Madre General Micaela y con la
izquierda a mí, y todas las hermanas estaban a Sus pies cubiertas con su manto.
Luego la Santísima Virgen dijo: "Cada una que persevere fielmente hasta la
muerte en mi Congregación, evitará el fuego del purgatorio y deseo que cada una
se distinga por estas virtudes: humildad y silencio, pureza y amor a Dios y al
prójimo, compasión y misericordia." Después de estas palabras desapareció toda la Congregación,
me quedé sola con la Santísima Virgen que me instruyó sobre la voluntad de
Dios, cómo aplicarla en la vida sometiéndome totalmente a Sus santísimos
designios. Es imposible agradar a Dios sin cumplir su santa voluntad. "Hija mía, te recomiendo
encarecidamente que cumplas con fidelidad todos los deseos de Dios, porque esto
es lo más agradable a Sus santos ojos. Deseo ardientemente que te destaques en
esto, es decir en la fidelidad en cumplir la voluntad de Dios. Esta voluntad de
Dios, anteponla a todos los sacrificios y holocaustos". Mientras la Madre
celestial me hablaba, en mi alma entraba un profundo entendimiento de la
voluntad de Dios.
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