Del Diario de Santa Faustina, 745
Me envolvió un ardor interior de amor a Dios y el deseo por la salvación de las almas (...). Siento que soy toda un fuego; lucharé contra todo el mal con el arma de la misericordia. Ardo del deseo de salvar a las almas; recorro el mundo entero a lo largo y a lo ancho y penetro hasta sus confines, hasta los lugares más salvajes para salvar a las almas. Lo hago a través de la oración y el sacrificio.
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