Del Diario de Santa Faustina, 1826
Cuando mis fuerzas empiecen a disminuir, entonces la Santa Comunión me sostendrá y fortalecerá. De verdad, temo el día en que no reciba la Santa Comunión. Mi alma recibe una fuerza admirable de la Santa Comunión. ¡Oh Hostia viva, luz de mi alma!
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