"A las almas que propagan Mi Misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte nos seré para ellas, el Juez, sino el Salvador Misericordioso". Diario, 1075
Del Diario de Santa Faustina, 1342
Oh Jesús mío, que mi sacrificio arda silenciosamente delante de Tu trono; pero en toda la plenitud del amor, implorándote misericordia para las almas.
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