Del Diario de Santa Faustina, 7
El llamado definitivo de Dios, la gracia de la vocación a la vida religiosa, lo he sentido desde siete años de vida. A esta edad, escuché por primera vez la voz de Dios en el alma, es decir, la invitación a una vida más perfecta, pero no siempre fui obediente a la voz de la Gracia. No pude encontrar a nadie que pudiera explicarme estas cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario