6 de septiembre de 2022

Del Diario de Santa Faustina Kowalska, 1364

 

′′Expuesta a los puros rayos de Tu amor, mi alma cambió su aspereza y se convirtió en fruto dulce y maduro. Ahora puedo ser totalmente útil a la Iglesia con mi santidad personal, que dará palpitos de vida a toda la Iglesia, ya que todos formamos en Jesús un organismo solo. Por eso me comprometo a que el terreno de mi corazón produzca buenos frutos′′.

 

 


 

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