Del Diario de Santa Faustina Kowalska: Diario, 146
En cualquier condición que se encuentre un alma, debe orar. Tiene que orar el alma pura y hermosa, ya que de otra manera perdería su belleza. Tiene que rezar al alma que tiende a la pureza, de lo contrario no llegará. Tiene que rezarle al alma que acaba de convertirse, de otra forma caería de nuevo. Tiene que orar el alma pecadora... Y no hay alma, que no tenga el deber de orar, ya que toda gracia llega a través de la oración.
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