"A las almas que propagan Mi Misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte nos seré para ellas, el Juez, sino el Salvador Misericordioso". Diario, 1075
Estos rayos protegen a las almas de
la indignación de Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos,
porque no le alcanzara la justa mano de Dios.
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