Del Diario de Santa Faustina, 1747
Tú, oh Señor, partiendo de esta tierra deseaste quedarte con nosotros y Tú dejaste a Ti Mismo en el Sacramento del Altar y nos abriste de par en par Tu misericordia. No hay miseria que te pueda agotar; llamaste a todos a esta fuente de amor, a este manantial de piedad divina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario