Diario de Santa Faustina, 90; 2
(…) Y vi como si Dios mismo le fuera contrario, y pregunté al Señor ¿por qué se portaba así con él?, como si le dificultara lo que le encomendaba. Y el Señor dijo: "Me porto así con él para dar testimonio de que esta obra es Mía. Dile que no tenga miedo de nada, Mi mirada está puesta en él, día y noche. En su corona habrá tantas coronas cuantas almas se salvarán a través de esta obra. Yo no premio por el éxito en el trabajo sino por el sufrimiento".
No hay comentarios:
Publicar un comentario