Del Diario Santa Faustina Kowalska, 128
Oh Jesús, veo tanta belleza diseminada alrededor por la cual.
Te agradezco continuamente; pero percibo que algunas almas son como piedras, siempre frías e insensibles. Ni siquiera los milagros las conmueven, tienen la mirada dirigida hacia sus propios pies y así no ven nada fuera de si mismas.
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