Diario de Santa Faustina, 110
Oh Divino Maestro, esto es solamente Tú obra en mi alma. Tú, oh Señor, no temes poner al alma al borde de un abismo terrible, donde ella se asusta y tiene miedo y Tú vuelves a llamarla. Estos son Tus misterios inconcebibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario