Diario de Santa Faustina, 231;2
(…) Su amor es grandísimo, puro y desinteresado y mi amor hacia Él es para conocerlo. Cuanto más lo conozco, tanto más ardiente y fuertemente lo amo y mis acciones son más perfectas. Sin embargo cuando pienso que dentro de pocos días voy a hacerme una sola cosa con el Señor por medio del voto perpetuo, un gozo tan inconcebible inunda mi alma que no logro describirlo en absoluto. (…)
No hay comentarios:
Publicar un comentario