Diario de Santa Faustina, 184; 1
La Hora Santa. Durante esa hora procuraba meditar la Pasión del Señor. No obstante mi alma fue inundada de gozo y de repente vi al pequeño Niño Jesús. Y su Majestad me penetró y dije: "Jesús, Tú eres tan pequeño, pero yo sé que Tú eres mi Creador y Señor". Y Jesús me contestó: "Lo soy y trato contigo como un niño para enseñarte la humildad y la sencillez".
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