Diario de Santa Faustina, 165;2
(…) Un asombro gozoso envolvió mi alma y eso porque unos días antes una de las hermanas me había dicho: "usted, hermana, no tendrá la tercera probación. Yo misma procuraré que usted no sea admitida a los votos". No había contestado a aquella hermana, pero eso fue muy desagradable para mí, sin embargo traté de esconder mi dolor, cuanto pude. (…)
No hay comentarios:
Publicar un comentario