Diario de Santa Faustina, 173;2
(…) Oh Dios mío, un día y medio me ha pasado tan fácilmente (en los
ejercicios); ahora está empezando la lucha de vida o muerte. Dentro de media
hora debe haber la meditación y después tengo que ir a confesarme. Satanás me
hace creer que si las Superioras dijeron que mi vida es una ilusión, ¿para qué
preguntar todavía y molestar al confesor? (…)
No hay comentarios:
Publicar un comentario