Del Diario de Santa Faustina, 639
Durante la adoración de la tarde, vi. a Jesús
flagelado y martirizado que me dijo: Hija Mía, deseo que dependas del confesor
en las cosas más pequeñas. Tus más grandes sacrificios no Me agradan si los
hacen sin el permiso (94) del confesor y al contrario, el más pequeño
sacrificio tiene una gran importancia a Mis ojos si tiene el permiso del
confesor. Las más grandes obras no tienen importancia a Mis ojos si son fruto
del propio arbitrio y muchas veces no concuerdan con Mi voluntad, mereciendo más
bien un castigo y no un premio; mientras la más pequeña acción tuya con el
permiso del confesor es agradable a Mis ojos y Me es intensamente querida.
Convéncete de esto para siempre, vigila sin cesar porque todo el infierno se
empeña en contra de ti a causa de esta obra, ya que muchas almas se alejarán de
la boca del infierno y glorificarán Mi misericordia. Pero no tengas miedo de
nada, porque Yo estoy contigo; debes saber que por ti misma no puedes nada.
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