Propagación de la Devoción a la
Divina Misericordia
A las almas que propagan la devoción
a Mi misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a
su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas Juez sino
Salvador misericordioso (Diario 1075). Ésta es la promesa que Jesús hizo a
todos aquellos que proclamen la Misericordia, lo hagan como lo hagan. A los
sacerdotes, el Señor les hizo una promesa adicional: Diles a Mis sacerdotes que
los pecadores más empedernidos se ablandarán bajo sus palabras cuando ellos
hablen de Mi misericordia insondable, de la compasión que tengo por ellos en Mi
Corazón. A los sacerdotes que proclamen y alaben Mi misericordia, les daré una
fuerza prodigiosa y ungiré sus palabras y sacudiré los corazones a los cuales
hablen (Diario 1521). Estas promesas muestran claramente qué significado tiene
el hecho de difundir la devoción a la Divina Misericordia, puesto que Jesús
promete a todo aquel que asuma esta tarea su protección maternal, tanto en esta
vida y como en el momento de la muerte. La difusión del culto de la
Misericordia es pues una de las formas de la devoción a la Divina Misericordia,
a parte de la imagen de la Misericordia, la Fiesta de la Divina Misericordia,
la Coronilla de la Divina Misericordia y la Hora de la Misericordia, ya que
también esta práctica de devoción, es decir, la divulgación de la Divina Misericordia,
es objeto de las promesas de Jesús, de las que todos se pueden beneficiar.
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