28 de julio de 2020

        Ayúdame, oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso, para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo. A nadie le rehusaré mi corazón. Seré sincero incluso con aquellos de los cuales sé me que abusarán de mi bondad. Y yo mismo me encerraré en el Misericordioso Corazón de Jesús. Soportaré mis  propios sufrimientos en silencio.
 
 

 
 
 
 
 

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