Del Diario de Santa Faustina, 518 y 519
+ En víspera del día
de los difuntos, cuanto al atardecer fui al cementerio que estaba cerrado, pero
entreabrí un poco la puerta y dije: Si desean, queridas almas, alguna cosa, la
haré con gusto, dentro de lo que me permite la regla. Entonces oí estas
palabras: Cumple la voluntad de Dios. Nosotras somos felices en la medida en
que hemos cumplido la voluntad de Dios.
Por la noche
aquellas almas vinieron y me pidieron orar; recé mucho por ellas. Mientras la
procesión volvía del cementerio, vi una multitud de almas que junto con
nosotras iban a la capilla, rezaban junto con nosotras. Recé mucho porque tenia
el permiso de las Superioras.