19 de julio de 2025

Del Diario de Santa Faustina Kowalska

 

“Padre Eterno te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo Señor Jesucristo, para el perdón de los pecados y los del mundo entero”.

 

 


16 de julio de 2025

 Del Diario de Santa Faustina Kowalska

 

“La confianza es la esencia de la devoción a la Divina Misericordia y, a la vez, la condición para recibir gracias”

 


 

15 de julio de 2025

 Del Diario de Santa Faustina

 

Al día siguiente, durante la Santa Misa, antes de la elevación, aquel espíritu empezó a cantar estas palabras: Santo, Santo, Santo. Su voz era como miles de voces, imposible describirlo. De repente mi espíritu fue unido a Dios, en un momento vi lagrandeza y la santidad inconcebibles de Dios y al mismo tiempo conocí la nulidad que soy de por mi. Conocí más claramente que en cualquier otro momento del pasado, las Tres Personas Divinas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Sin embargo su esencia es Una, como también la igualdad y la Majestad. Mi alma se relaciona con las Tres Personas, pero no logro explicarlo con palabras, pero el alma lo comprende bien. Cualquiera que esté unido con una de estas Tres Personas, por este mismo hecho está unido con toda la Santísima Trinidad, porque su unidad es indivisible. Esa visión, es decir, ese conocimiento inundó mi alma de una felicidad inimaginable, por ser Dios tan grande. Lo que he descrito arriba, no lo vi con los ojos, como anteriormente, sino dentro de mí, de modo puramente espiritual e independiente de los sentidos. Eso duró hasta el fin de la Santa Misa.

Ahora, esto me sucede a menudo y no solamente en la capilla, sino también durante el trabajo y cuando menos lo espero.

 


 

14 de julio de 2025

Del Diario de Santa Faustina Kowalska

 

“Dile a la humanidad doliente que se abrace a mi Corazón misericordioso y Yo la llenaré de paz”.

 

 


 

13 de julio de 2025

Del Diario de Santa Faustina, 1052

 

Oh Jesús mío, Te ruego por toda la Iglesia: concédele amor y luz de Tu Espíritu, da poder a las palabras de los sacerdotes para que los corazones endurecidos se ablanden y vuelvan a Ti, Señor. Señor, danos sacerdotes santos; Tú Mismo consérvalos en la santidad. Oh Divino y Sumo Sacerdote, que el poder de Tu misericordia los acompañe en todas partes y los proteja de las trampas y asechanzas del demonio.