Del Diario de Santa Faustina 741

"Yo, Sor
Faustina, por orden de Dios, estuve en los abismos del infierno para hablar a
las almas y dar testimonio de que el infierno existe.": "Hoy estuve
en
los abismos del infierno, conducida por un ángel. Es un lugar de grandes
tormentos, ¡qué espantosamente grande es su extensión! Los tipos de tormentos
que he visto:el primer tormento que constituye el infierno, es la perdida de
Dios; el segundo, el continuo remordimiento de conciencia; el tercero, aquel
destino no cambiará jamas; el cuarto tormento, es el fuego que penetrará al
alma, pero no la aniquilará, es un tormento terrible, es un fuego puramente
espiritual, incendiado por la ira divina; el quinto tormento, es la oscuridad
permanente, un horrible, sofocante olor; y a pesar de la oscuridad los demonios
y las almas condenadas se ven mutuamente y ven todos el mal de los demas y el
suyo; el sexto tormento, es la compania continua de satanas; el septimo
tormento, es una desesperación tremenda, el odio a Dios, las imprecaciones, las
maldiciones, las blasfemias. Estos son los tormentos que todos los
concondenados padecen juntos, pero no es el fin de los tormentos.
Hay tormentos
particulares para distintas almas, que son los tormentos de los sentidos: cada
alma es atormentada de modo tremendo e indescriptible con lo que ha pecado. Hay
horribles calabozos, abismos de tormentos donde un tormento se diferencia del
otro. Habria muerto a la vista de aquellas terribles torturas, si no me hubiera
sostenido la omnipotencia de Dios. Que el pecador sepa: con el sentido que
peca, con ese será atormentado por toda la eternidad. Lo escribo por orden de
Dios para que ningun alma se excuse [diciendo] que el infierno no existe o que
nadie estuvo alli ni sabe cómo es.
Yo, Sor Faustina,
por orden de Dios, estuve en los abismos del infierno para hablar a las almas y
dar testimonio de que el infierno existe. Ahora no puedo hablar de ello, tengo,
la orden de dejarlo por escrito. Los demonios me tenian un gran odio, pero por
orden de Dios tuvieron que obedecerme. Lo que he escrito es una debil sombra de
las cosas que he visto. He observado una cosa: la mayor parte de las almas que
alli estan son las que no creian que el infierno existe. Cuando volvi en mi no
pude reponerme del espanto, qué terriblemente sufren alli las almas. Por eso
ruego con mas ardor todavía por la conversión de los pecadores, invoco
incesantemente la misericordia de Dios para ellos."