Del Diario de Santa Faustina, 276
«Desde el momento en que empecé a amar el sufrimiento, este mismo dejó de ser sufrimiento para mí. El sufrimiento es el alimento continuo de mi alma».
Del Diario de Santa Faustiana, 793
Vivo estos momentos con la Santísima Virgen. Con inmensa añoranza espero la venida del Señor. Mis deseos son grandes. Deseo que todos los pueblos conozcan al Señor, deseo preparar a todas las naciones para recibir al Verbo Encarnado. Oh Jesús, haz que la fuente de Tu misericordia brote con mayor abundancia, porque la humanidad está muy enferma y por eso más que nunca necesita Tu compasión.
Del Diario de Santa Faustina, 1153,b
Después de la Santa Comunión oí estas palabras: "Has de saber, hija Mía, que en un solo instante puedo darte todo lo que necesites para cumplir esta obra." Después de estas palabras una luz singular ha quedado en mi alma y todas las exigencias de Dios me parecen tan sencillas que hasta un niño pequeño las podría cumplir.