9 de febrero de 2023

Diario de Santa Faustina, 1182

 

Hoy el Señor me dijo: Hija Mia, deleite y complacencia Mia, nada Me detendrá en concederte gracias. Tu miseria no es un obstáculo para Mi misericordia. Hija Mia, escribe que cuanto más grande es la miseria de un alma tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia e invita a todas las almas a confiar en el inconcebible abismo de Mi misericordia, porque deseo salvarlas a todas. En la cruz, la fuente de Mi Misericordia fue abierta de par en par por la lanza para todas las almas, no he excluido a ninguna.

 


 

 

8 de febrero de 2023

Del Diario de Santa Faustina, 1309

 

Mientras hago el Vía Crucis, a la duodécima estación experimento una emoción profunda. Aquí medito la omnipotencia de la Divina Misericordia que ha pasado a través del Corazón de Jesús. Cada vez
que hago el Vía Crucis, en la herida abierta del Corazón de Jesús encierro toda la pobre humanidad…. Y distintas personas que amo. De esta Fuente de Misericordia han salido los dos rayos, es decir la Sangre y el Agua; ellos con su inmensidad inundad el mundo entero….

 


 

 

Del Diario de Santa Faustina, 367

 

 “Mi Corazón está colmado de gran misericordia para las almas. Oh, si pudieran comprender que Yo soy para ellas el mejor Padre, que para ellas de Mi Corazón ha brotado Sangre y Agua como de una fuente desbordante de misericordia; para ellas vivo en el tabernáculo; como Rey de Misericordia deseo colmar las almas de gracias, pero no quieren aceptarlas. Oh, qué grande es la indiferencia de las almas por tanta bondad, por tantas pruebas de amor. Tienen tiempo para todo, solamente no tienen tiempo para venir a Mí a tomar las gracias”

 


 

 

7 de febrero de 2023

Del Diario de Santa Faustina, 31

 

 Una vez vi na multitud de gente en nuestra capilla y delante de ella, y en la calle por no caber dentro. La capilla estaba adornaba para una solemnidad. Cerca del altar había muchos eclesiásticos, además de nuestras hermanas y las de muchas otras Congregaciones. Todos estaban esperando a la persona que debía ocupar lugar en el altar. De repente oí una voz de que era yo quien iba a ocupar lugar en el altar. Pero en cuanto Salí de la habitación, es decir del pasillo, para cruzar el patio e ir a la capilla siguiendo la voz que me llamaba, todas las personas empezaron a tirar contra mí lo que podían: lodo, piedras, arena, escobas. Al primer momento vacilé si avanzar o no, pero la voz me llamaba aun con más fuerza y a pesar de todo comencé a avanzar con valor. Cuando crucé el umbral de la capilla, las Superioras, las hermanas y las alumnas e incluso los Padres empezaron a golpearme con lo que podían, así que, queriendo o no, tuve que subir rápido al lugar destinado en el altar. En cuanto ocupé el lugar destinado, la misma gente y las alumnas, y las hermanas, y las Superioras, y los Padres, todos empezaron a alargar las manos y a pedir gracias. Yo no les guardaba resentimiento por haber arrojado contra mí todas esas cosas, y al contrario tenía un amor especial a las personas que me obligaron a subir con más prisa al lugar del destino. En aquel momento una felicidad inconcebible inundó mi alma y oí esas palabras: Haz lo que quieras, distribuye gracias como quieras, a quien quieras y cuando quieras. La visión desapareció enseguida.


 

6 de febrero de 2023

Del Diario de Santa Faustina, 1579

 

Sufro muchísimo cuando me encuentro con la hipocresía. Ahora entiendo, Salvador mío, porque reprendías tan severamente a los fariseos por su hipocresía. A los pecadores empedernidos les tratabas con más benevolencia cuando volvían a Ti arrepentidos.