Del Diario de Santa Faustina, 1541
“Hija mía, anima a las almas a rezar la Coronilla que te he dado. Me agrada conceder todo lo que me pidan rezando la Coronilla ... Escribe que cuando digan esta Coronilla en presencia de los moribundos, Yo me interpondré entre Mi Padre y el moribundo, no como el Juez justo sino como el Salvador misericordioso. . "