Diario Santa Faustina, 1605
Escribe sobre Mi bondad lo que te venga a la cabeza. Contesté: Pero, Señor, ¿si escribo demasiado? Y el Señor me respondió: Hija Mía, aunque hablaras todas las lenguas de los hombres y de los ángeles a la vez, no dirías demasiado, sino que glorificarías Mi bondad, Mi Misericordia insondable, apenas en una pequeña parte. Oh Jesús mío, Tu Mismo pon las palabras en mi boca para que pueda adorarte dignamente.