6 de marzo de 2021

Diario de Santa Faustina, 167; 3

 

 (…) Cierta persona estaba muy en contra, y yo ya no iba a partir. Después de comer fui a una adoración de cinco minutos. Entonces vi a Jesús que me dijo: "Hija Mía, te estoy preparando muchas gracias que recibirás durante los ejercicios espirituales, que empezarás mañana". Contesté: "Jesús, los ejercicios han empezado ya, y yo no voy a ir". Y me dijo: "Tú, prepárate, porque mañana empezarás los ejercicios espirituales y tu salida, Yo la arreglaré con tus Superioras". Y Jesús desapareció repentinamente. (…)

 

 


 

Diario de Santa Faustina, 174; 5

 

 (Sigue el confesor) "(...) Le repito otra vez esté tranquila, usted está en el buen camino. Ignore todo y siempre sea fiel al Señor Jesús, sin reparar en lo que digan de usted, hermana. Precisamente con tales almas miserables el Señor Jesús trata de esta manera y cuanto más usted se humille, tanto más Jesús se unirá a usted."

 


 

5 de marzo de 2021

Diario de Santa Faustina, 174; 4

 

 (Siguió el confesor) "(...) Y por otra parte, usted, hermana, tiene que hablar de todo con el confesor. No hay absolutamente otro camino para usted. Ore, hermana, para obtener un director espiritual, porque en el caso contrario, usted desperdiciará estos grandes dones de Dios. (...)"

 


 

 

4 de marzo de 2021

 Diario de Santa Faustina, 174;3

 

 (Siguió el confesor diciendo) "(...) No es nada necesario que usted hable de estas gracias interiores a las Superioras, si no fuera por una orden clara de Jesús, y antes consulte al confesor. Pero si Jesús pide alguna cosa que está al exterior, entonces, tras consultar al confesor, usted debe cumplir lo que el Señor pide, aunque eso le cueste muchísimo. (...)"

 


 

 

1 de marzo de 2021

MENSAJE DE JESUS MISERICORDIA PARA TODOS NOSOTROS

 

 ¿POR QUÉ TE CONFUNDES Y TE AGITAS ANTE LOS PROBLEMAS DE LA VIDA?

 

 Déjame el cuidado de todas tus cosas y en todo te irá mejor. Cuando te abandones en mí, todo se resolverá con tranquilidad según mis designios. No te desesperes, no me dirijas una oración agitada, como quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Cierra los ojos del alma y dime con calma:

 JESÚS, YO CONFÍO EN TÍ.

 Evita las preocupaciones y angustias y los pensamientos sobre lo que pueda suceder después. No estropees mis planes, queriéndome imponer tus ideas. Déjame ser Dios y actuar con libertad. Abandónate confiadamente en mí. Reposa en mí y deja en mis manos tu futuro. Dime frecuentemente: JESÚS, YO CONFÍO EN TI. Lo que más daño te hace es tu razonamiento y tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices: JESÚS, YO CONFÍO EN TI, no seas como el paciente que le pide al médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo. Déjate llevar en mis brazos divinos, no tengas miedo:

 YO TE AMO.

 Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tus oraciones sigue confiando. Cierra los ojos del alma y confía.

 Continua diciéndome a toda hora: JESÚS, YO CONFÍO EN TI. Necesito las manos libres para poder obrar. No me ates con tus preocupaciones inútiles; Satanás quiere eso: agitarte, angustiarte, quitarte la paz. Confía solo en mí, abandonándote en mí. Así que no te preocupes, hecha en mí todas tus angustias y duerme tranquilamente. Dime siempre: JESÚS, YO CONFÍO EN TI y verás grandes milagros. Te lo prometo por Mi Amor.