Del Diario de Santa Faustina, 1227
Jesús
misericordiosísimo, Tu Mismo has dicho que deseas la misericordia; heme aquí
que llevo a la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas del purgatorio,
almas que Te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adeudada a Tu
justicia. Que los torrentes de Sangre y Agua que brotaron de Tu Corazón,
apaguen el fuego del purgatorio para que también allí sea glorificado el poder
de Tu misericordia.
Del tremendo ardor
del fuego del purgatorio Se levanta un lamento a Tu misericordia.
Y reciben consuelo,
alivio y refrigerio. En el torrente de Sangre y Agua derramado.
Padre eterno, mira
con misericordia a las almas que sufren en el purgatorio y que están encerradas
en el muy compasivo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa Pasión de
Jesús, Tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su sacratísima alma fue
inundada, muestra Tu misericordia a las almas que están bajo Tu justo
escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, Tu amadísimo
Hijo, ya que creemos que Tu bondad y Tu compasión no tienen limites