Del Diario de Santa Faustina, 1153,b
Después de la Santa Comunión oí estas palabras: "Has de saber, hija Mía, que en un solo instante puedo darte todo lo que necesites para cumplir esta obra." Después de estas palabras una luz singular ha quedado en mi alma y todas las exigencias de Dios me parecen tan sencillas que hasta un niño pequeño las podría cumplir.