15 de abril de 2024

Del Diario de Santa Faustina, 287

 

Oh Jesús mío, cuando observo la vida de las almas, veo que muchas Te sirven con cierta desconfianza. Y en ciertos momentos, especialmente cuando hay ocasiónpara demostrar el amor hacia Dios, justo entonces veo cómo estas almas huyen del campo de batalla. Entonces me dijo Jesús: *¿Tu también, hija Mía, quieres comportarte así?* Le contesté al Señor: Oh no, Jesús mío, no me retiraré del campo de batalla, aunque el sudor de la muerte bañe mi frente, no dejaré caer de la mano la espada, hasta que no descanse a los pies de la Santísima Trinidad. Para cualquier cosa que hago, no cuento con mis propias fuerzas, sino con la gracia de Dios. Con la gracia de Dios el alma puede superar victoriosamente las más grandes dificultades. 

 


 

 

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