Del Diario de Santa Faustina, 1122
Oh Dios de gran misericordia que Te dignaste enviarnos a Tu Hijo unigénito como el mayor testimonio de Tu insondable amor y misericordia. Tú no rechazas a los pecadores, sino que también a ellos les abriste el tesoro de Tu infinita misericordia del que pueden recoger en abundancia tanto la justificación, como toda santidad a la que un alma puede llegar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario