9 de julio de 2024

Del Diario de Santa Faustina, 1121


        Después de la Santa Comunión, durante un momento traté íntimamente con el Padre celestial. Mi alma fue atraída al ardor mismo del amor, comprendí que ninguna obra exterior puede compararse con el puro amor de Dios….. Vi el gozo del Verbo Encarnado y fui sumergida en la Divina Trinidad. Cuando he vuelto en mi, la nostalgia inundó mi alma, el anhelo de unirme a Dios. Me ha envuelto el amor tan grande hacia el Padre celestial que todo este día lo considero como un continuo éxtasis del amor. Todo el universo me ha parecido como una pequeña gotita frente a Dios. No hay felicidad más grande que ésta, que Dios me da a conocer interiormente, que le es agradable cada latido de mi corazón, y cuando me muestra que me ama de modo particular. 

 


 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario