Del Diario de Santa Faustina,487
En los sufrimientos del alma o del cuerpo trato de callar porque entonces mi espíritu adquiere fortaleza que viene de la Pasión de Jesús. Delante de mis ojos tengo siempre su Rostro doloroso, insultado y desfigurado, su Corazón divino, traspasado por nuestros pecados y especialmente por la ingratitud de las almas elegidas






