Del Diario de Santa Faustina, 163
“Ayúdame a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus pena y gemidos”.
Del Diario de Santa Faustina, 950
“Oh Dios eterno en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve tu a nosotros tu mirada bondadosa y aumenta tu misericordia a nosotros para que en los momentos difíciles no nos desesperemos, ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia misma”.
Del Diario de Santa Faustina, 372
“Oh Jesús mío, Tú sabes que desde los años más tempranos deseaba ser una gran santa, es decir deseaba amarte con un amor tan grande como ninguna alma Te amó hasta ahora. Al principio éstos eran mis deseos secretos (…) Hoy no los alcanzo contener en el corazón, desearía gritar al mundo entero: Amad a Dios, porque es bueno y su misericordia es grande”.
Del Diario de Santa Faustina
“ Mi Corazón está colmado de misericordia para las almas (…Oh, si pudieras comprender que Yo soy para ellas el mejor Padre, que para ellas Mi Corazón ha brotado Sangre y Agua como de una fuente desbordante de misericordia; para ellas vivo en el tabernáculo; como Rey de Misericordia deseo colmar las almas de gracias, pero no quieren aceptarlas”.
Diario de Santa Faustina, 90; 2
(…) Y vi como si Dios mismo le fuera contrario, y pregunté al Señor ¿por qué se portaba así con él?, como si le dificultara lo que le encomendaba. Y el Señor dijo: "Me porto así con él para dar testimonio de que esta obra es Mía. Dile que no tenga miedo de nada, Mi mirada está puesta en él, día y noche. En su corona habrá tantas coronas cuantas almas se salvarán a través de esta obra. Yo no premio por el éxito en el trabajo sino por el sufrimiento".
Del Diario de Santa Faustina, 379
Durante una adoración Jesús me prometió: Con las almas que recurran a Mi misericordia y con las almas que glorifiquen y proclamen Mi gran misericordia a los demás, en la hora de la muerte Me comportaré según Mi infinita misericordia.
Mi Corazón sufre, continuaba Jesús, a causa de que ni las almas elegidas entienden lo grande que es Mi misericordia; en su relación [conmigo] en cierto modo hay desconfianza. Oh, cuanto esto hiere mi Corazón. Recuerden Mi Pasión, y si no creéis en Mis palabras, creed al menos en Mis llagas.
Del Diario de Santa Faustina, 379
Durante una adoración Jesús me prometió: Con las almas que recurran a Mi misericordia y con las almas que glorifiquen y proclamen Mi gran misericordia a los demás, en la hora de la muerte Me comportaré según Mi infinita misericordia.
Mi Corazón sufre, continuaba Jesús, a causa de que ni las almas elegidas entienden lo grande que es Mi misericordia; en su relación [conmigo] en cierto modo hay desconfianza. Oh, cuanto esto hiere mi Corazón. Recuerden Mi Pasión, y si no creéis en Mis palabras, creed al menos en Mis llagas.