Del Diario de Santa Faustina,689 (130)
En determinado momento, he visto la Capital del Cordero de Dios y en frente tres Santos: Stanislao Kotska, Andrés Bobola y Casimiro el Príncipe, los que intercedían por Polonia. De repente, vi el gran libro para que lo leyera. El libro fue escrito con sangre; pero no he podido leer nada, solamente el Nombre – Jesús. En ésto he escuchado una voz la que me dijo: «Todavía no ha llegado tu hora». Y me has quitado el libro y escuché estas palabras: «Tú serás portadora sobre la ilimitada Misericordia Mía. En este libro, están inscritas las almas, que amaron la Misericordia Mía». La alegría me ha invadido, viendo tan grande bondad de Dios.