Del Diario de Santa Faustina, 1803
«Nada me alejará de Tí porque todo es más pequeño que Tú».
Del Diario de Santa Faustina, 161
Virgen y Madre a la vez tú eres bella como el sol, sin mancha alguna. Nada se puede comparar con la imagen de Tu alma. Tu belleza encantó el ojo del tres veces Santo y bajó del cielo, abandonando el trono de la sede eterna y tomó el cuerpo y la sangre de tu Corazón, durante nueve meses escondiéndose en el Corazón de la Virgen. Oh Madre, Virgen, nadie comprenderá, que el inmenso Dios se hace hombre, sólo por amor y por Su insondable misericordia, a través de Ti, oh Madre, viviremos con Él eternamente.
Del Diario de Santa Faustina, 72
Oh Jesús, recuerda Tu amarga Pasión y no permitas que se pierdan almas redimidas con tan Preciosa, Santísima Sangre Tuya. Oh Jesús, cuando considero el alto precio de Tu Sangre, me regocijo en su inmensidad porque una sola gota habría bastado para salvar a todos los pecadores. Aunque el pecado es un abismo de maldad e ingratitud, el precio pagado por nosotros jamás podrá ser igualado. Por lo tanto, haz que cada alma confíe en la Pasión del Señor y que ponga su esperanza en Su misericordia. Dios no le negara su misericordia a nadie. El cielo y la tierra podrán cambiar, pero jamás se agotará la misericordia de Dios. ¡Oh, que alegría arde en mi corazón, cuando contemplo Tu bondad inconcebible, oh Jesús mío! Deseo traer a todos los pecadores a Tus pies para que glorifiquen Tu misericordia por los siglos de los siglos.
Del Diario de Santa Faustina, 208
«Oh ustedes, pequeños, insignificantes sacrificios cotidianos, son para mí como las flores del campo con las cuales cubro los pies del amado Jesús. A veces, yo comparo estas pequeñeces con las virtudes heroicas, porque para su incesante continuidad exigen heroísmo».
Del Diario de Santa Faustina, 1488
- Jesús: Me son agradables tus esfuerzos, oh alma que tiendes a la perfección. Pero ¿por qué tan frecuentemente te veo triste y abatida? Dime, niña Mía, ¿qué significa esta tristeza y cuál es su causa?
- El alma: Señor, mi tristeza se debe a que a pesar de mis sinceros
propósitos caigo continuamente y siempre en los mismos errores. Hago los
propósitos por la mañana y por la noche veo cuánto me he desviado de ellos.
- Jesús: Ves, niña Mía, lo que eres por ti misma, y la causa de tus caídas está
en que cuentas demasiado contigo misma y te apoyas muy poco en Mi. Pero esto no
debe entristecerte demasiado; estás tratando con el Dios de la Misericordia, tu
miseria no la agotará, además no he limitado el número de perdones.
Del Diario de Santa Faustina, 1747
Oh Dios que con una sola palabra habrías podido salvar miles de mundos, un suspiro de Jesús habría satisfecho Tu justicia. Pero Tu, oh Jesús. Te entregaste por nosotros a tan asombrosa pasión únicamente por amor. La justicia de Tu Padre habría sido expiada con un solo suspiro Tuyo y todos Tus anonadamientos son exclusivamente actos de Tu misericordia y Tu amor inconcebible. Tú, oh Señor, partiendo de esta tierra deseaste quedarte con nosotros y Tú dejaste a Ti Mismo en el Sacramento del Altar y nos abriste de par en par Tu misericordia.
No hay miseria que te pueda agotar; llamaste a todos a esta fuente de amor, a este manantial de piedad divina.
Del Diario de Santa Faustina, 1747
Oh Dios que con una sola palabra habrías podido salvar miles de mundos, un suspiro de Jesús habría satisfecho Tu justicia. Pero Tu, oh Jesús. Te entregaste por nosotros a tan asombrosa pasión únicamente por amor. La justicia de Tu Padre habría sido expiada con un solo suspiro Tuyo y todos Tus anonadamientos son exclusivamente actos de Tu misericordia y Tu amor inconcebible. Tú, oh Señor, partiendo de esta tierra deseaste quedarte con nosotros y Tú dejaste a Ti Mismo en el Sacramento del Altar y nos abriste de par en par Tu misericordia.
No hay miseria que te pueda agotar; llamaste a todos a esta fuente de amor, a este manantial de piedad divina.
Del Diario de Santa Faustina, 686
"Septiembre. El primer viernes. Por la noche vi a la Santísima Virgen con el pecho descubierto, traspasado por una espada. Lloraba lágrimas ardientes y nos protegía de un tremendo castigo de Dios. Dios quiere infligirnos un terrible castigo, pero no puede porque la Santísima Virgen nos protege. Un miedo tremendo atravesó mi alma, ruego sin cesar por Polonia, por mi querida Polonia que es tan poco agradecida a la Santísima Virgen. Si no hubiera estado la Santísima Virgen, para muy poco habrían servido nuestros esfuerzos. Multipliqué mi empeño en las plegarias y sacrificios por mi querida patria, pero veía que era una gota frente a una oleada del mal. ¿Cómo una gota puede detener una oleada? Oh, si, una gota por si sola es nada, pero Contigo, Jesús, con valor haré frente a toda la oleada del mal e incluso al infierno entero. Tu omnipotencia puede todo."
Del Diario de Santa Faustina, 156
Una vez deseaba mucho acercarme a la Santa Comunión, pero tenia cierta duda y no me acerqué. Sufrí terriblemente a causa de ello. Me parecía que el corazón se me reventaría del dolor. Cuando me dedique a mis tareas, con el corazón lleno de amargura, de repente Jesús, se puso a mi lado y me dijo: Hija Mía, no dejes la Santa Comunión, a no ser que sepas bien de haber caído gravemente, fuera de esto no te detengan ningunas dudas en unirte a Mi en Mi misterio de amor. Tus pequeños defectos desaparecerán en Mi amor como una pajita arrojada a un gran fuego. Debes saber que Me entristeces mucho, cuando no Me recibes en la Santa Comunión.
Del Diario de Santa Faustina, 119
“El alma sin gustar la dulzura del silencio interior, es un espíritu inquieto y perturba este silencio en los demás. Vi a muchas almas en los abismos infernales por no haber observado el silencio. Ellas mismas me lo dijeron cuando les pregunté cuál había sido la causa de su ruina. Eran almas consagradas».