Del Diario de Santa Faustina, 454
“No busco la felicidad fuera de mi interior donde mora Dios. Gozo de Dios en mi interior, aquí vivo continuamente con Él…»
Del Diario de Santa Faustina, 1565
"Cuando entré por un momento en la capilla, el Señor me dijo:
Hija Mía, ayúdame a salvar a un pecador agonizante; reza por él esta coronilla
que te he enseñado. Al empezar a rezar la coronilla, vi a aquel moribundo entre
terribles tormentos y luchas. El Ángel Custodio lo defendía, pero era como
impotente ante la gran miseria de aquella alma; una multitud de demonios estaba
esperando aquella alma. Mientras rezaba la coronilla, vi a Jesús tal y como
está pintado en la imagen. Los rayos que salieron del Corazón de Jesús
envolvieron al enfermo y las fuerzas de las tinieblas huyeron en pánico. El
enfermo expiró sereno. Cuando volví en mi, comprendí la importancia que tiene
esta coronilla rezada junto a los agonizantes, ella aplaca la ira de
Dios."
Del Diario de Santa Faustina, 687
"Reza incesantemente esta Coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran Misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación" (Diario de Santa Faustina, 687) "Reza incesantemente esta Coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran Misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación"
Del Diario de Santa Faustina, 504,505
Tengo a un solo Confidente a quien revelo todo y lo es Jesús en la
Eucaristía y en substitución de Él, el confesor.
En todos los sufrimientos del alma o del cuerpo, en las tinieblas o en el
abandono me callaré como una paloma sin quejarme.
Me anonadaré en cada momento como una victima [postrándome] a sus pies para impetrar
misericordia por las pobres almas.
Toda mi nulidad se ahoga en el mar de Tu misericordia; con la confianza del
niño me arrojo entre Tus brazos, Padre de Misericordia, para compensarte de la
desconfianza de tantas almas que tienen miedo de confiar en Ti. Oh, qué pequeño
es el número de almas que Te conocen verdaderamente. Oh, cómo deseo que la Fiesta
de la Misericordia sea conocida por las almas. La misericordia es la corona de Tus obras; Tú dispones todo con el cariño de la madre más tierna.