Del Diario de Santa Faustina Kowalska, 1804

 

′′ El momento más solemne de mi vida es cuando recibo la santa comunión. Por cada santa comunión siento un gran deseo y por cada santa comunión doy gracias a la santísima trinidad. Los ángeles, si pudieran sentir envidia, nos envidiarían dos cosas: la primera - el hecho de que podamos recibir la santa comunión; la segunda - el sufrimiento ′′

 

 

Diario de Santa Faustina Kowalska, 1392

 

′′ Todo lo bueno que hay en mí, me lo ha conseguido la santa comunión, debo todo a ella. Siento que este fuego sagrado me ha transformado completamente. Oh, me alegra ser tu vivienda, oh, Señor! Mi corazón es un templo en el que habitas continuamente ′′

 

 

 

Del Diario de Santa Faustina, 952

 

.... Me atraes contigo al cielo y me dejas en la tierra. Infundes en mi alma la nostalgia de Ti y te escondes ante mí. Muero de deseo de unirme a Ti por toda la eternidad y no permites que la muerte se acerque a mí

 

Del Diario de Santa Faustina, 561

 

.... La Virgen me dijo que me comportara como Ella, que, a pesar de las alegrías, siempre había mirado intensamente la cruz y añadió que las gracias que Dios me concedía no eran sólo para mí, sino también para otras almas

 

 

Del Diario de Santa Faustina, 1585

Madre de la Misericordia

 

Vi a la Santísima Virgen con una túnica blanca, ceñida de un cinturón de oro y unas pequeñas estrellas, también de oro, en todo el vestido y las mangas a triángulo guarnecidas de oro. Tenía un manto de color de zafiro, puesto ligeramente sobre los hombros, en la cabeza tenía un velo liviano transparente, el cabello suelto, arreglado espléndidamente y una corona de oro que terminaba en pequeñas cruces. En el brazo izquierdo tenía al Niño Jesús. (...). Luego me miró con ternura y dijo: "Soy la Madre de los sacerdotes"