24 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina 346; 1

La Vigilia de la Navidad.

 

Por la mañana durante la Santa Misa sentí la cercanía de Dios, mi espíritu se sumergió en Dios inconscientemente. De repente escuché estas palabras: "Tú eres una morada agradable para Mí, en ti descansa Mi Espíritu". Después de estas palabras sentí la mirada del Señor dirigida al fondo de mi corazón y viendo mi miseria me humillé en espíritu y admiré la gran misericordia de Dios, y que este Altísimo Señor se acercaba a tal miseria. (…)

 


 

23 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 121; 2

 

(…) Debería pedir a Dios un guía espiritual, pero no solamente pedir un guía, sino que solicitar y buscar a un director que entienda las cosas como el caudillo que tiene que conocer los caminos por los cuales conduce a la batalla. A un alma que está unida a Dios, es necesario prepararla para grandes y encarnizados combates. (…)

 


 

 

22 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 121; 1

 

Una serie de gracias que Dios derrama sobre el alma después de aquellas pruebas de fuego.

Goza de una estrecha unión con Dios. Tiene muchas visiones sensibles y espirituales, oye muchas palabras sobrenaturales y a veces órdenes precisas; pero a pesar de estas gracias, no se basta a sí misma. Tanto menos, porque Dios la visita con estas gracias, precisamente está expuesta a varios peligros y puede fácilmente caer en la ilusión. (…)

 


 

21 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 120; 2

 

 (…) Ella vive todavía en el destierro y comprende bien que puede haber todavía días nublados y lluviosos, pero ella debe mirar todo esto con la actitud distinta a la mantenida hasta ahora. No se refugia en una paz engañosa, sino que se dispone a la lucha. Ella sabe que es de la estirpe guerrera. Ella sabe que es de la estirpe real; todo lo grande y santo la concierne.

 


20 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 120; 1

 

 He pasado al tema del silencio, pero no quiero hablar de esto, sino de la vida del alma con Dios y de su respuesta a la gracia. Cuando el alma ha sido purificada y el Señor está en relación de intimidad con ella, ahora se concentra toda la fuerza del alma en tender hacia Dios. Pero ella de por sí no puede nada. Aquí solamente Dios arregla todo, el alma lo sabe y está consciente de ello. (…)