17 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 118; 2

 

 (…) Se pueden decir muchas cosas sin interrumpir el silencio y, al contrario, se puede hablar poco y romper continuamente el silencio. Oh, qué daños irreparables causa no guardar el silencio. Se hacen muchos daños al prójimo, pero sobre todo a su propia alma.

 


 

 

16 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina,  119; 2

 

 (…) El alma sin gustar la dulzura del silencio interior, es un espíritu inquieto y perturba este silencio en los demás. Vi a muchas almas en los abismos infernales por no haber observado el silencio. Ellas mismas me lo dijeron cuando les pregunté cuál había sido la causa de su ruina. (…)

 


 

 

15 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina,  119;1

 

 Según mi opinión y mi experiencia, la regla del silencio debería estar en el primer lugar. Dios no se da a un alma parlanchina, que como un zángano en la colmena zumba mucho, pero no produce miel. El alma hablantina está vacía en su interior. No hay en ella ni virtudes fundamentales, ni intimidad con Dios. Ni hablar de una vida más profunda, ni de una paz dulce, ni del silencio en el que mora Dios.

 


 

 

 

14 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina,  118; 1

 

 La lengua es un órgano pequeño, pero hace cosas grandes. Una religiosa que no es callada, nunca llegará a la santidad. No se haga ilusiones; a no ser que el Espíritu de Dios hable por ella, en tal caso no debe callar. Pero para poder oír la voz de Dios, hay que tener la serenidad en el alma y observar el silencio, no un silencio triste, sino un silencio en el alma, es decir el recogimiento en Dios. (…)

 


 

13 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina,  117; 3

 

(...) Es un gran defecto de la vida religiosa y de la vida en general que, al ver a un alma en sufrimiento, siempre se tiene ganas de agregarle aún más. No hablo de todos, pero sí existen. Nos permitimos hacer juicios de todo tipo y hablamos allí donde muchas veces no deberíamos repetirlo.